10 cosas únicas de los cubanos

Autor: Alexandra Castillo

¡Hola Multicubano!

Si por algo nos hemos caracterizado nosotros los cubanos es por ser originales, alegres, optimistas, buenos bailadores -claro está- y por ponerle ese no sé qué, qué se yo a todo.

Un cubano puede emigrar a cualquier rincón del mundo, que lleva consigo no solo su cultura y tradiciones, sino además una serie de hábitos   muy típicos/específicos que nos hacen ser extremadamente fácil de reconocer.

No es por creernos cosa, pero tenemos nuestro propio sello. Podemos encontrarnos en un ambiente X que, si hacemos una de las nuestras y otro cubano se encuentra de pasada lo detecta, puede decir al momento: ¡Asere, tú eres cubano!

Y como aquí no hablamos por hablar, hoy te traigo mi top 10 de algunas de esas costumbres o manías que hemos pasado de generación en generación. Solo nosotros las tenemos y aunque nos encontremos en España o Alaska nos es muy difícil despegarnos de ellas:

  • Limpiar bailando o cantando con música. Para poder ejecutar una buena limpieza la música no puede faltarnos, de hecho, una limpieza de 45 minutos suele convertirse en una de 2 horas. Es que el cubano no escucha la música, la siente y la vive. Es cuando la escoba se convierte en tu mejor pareja y perreas hasta abajo o en el ex dolid@ al que le cantas un temazo de Ana Gabriel.
  • Guardar cualquier recipiente para usar como pozuelo o toppers -como le dicen aquí- (aplica a pote de helado y cuanta cosa hermética pueda servir para almacenar algo). No solo lo guardamos, los atesoramos. Y ojo,  si no quieres meterte en problemas, devuélvelo a quien te preste alguno o las 10 plagas de Egipto serán pocas para el mal que te caerá encima.
Valiente el cubano que no devuelva un ‘pozuelo’.
  • Lavar los tenis con un cepillo de dientes viejo. No hay mejor método que este, simple e infalible. A veces tenemos un súper cepillo marca Wash 2024 o la comodidad de una lavadora, pero nunca es igual. Lo de los tenis como quiera, nada que ver ¡Esa suela se merece to’! Cepillo y pal’ ventilador toda la noche.
  • Tener una jaba o gaveta llena de jabas, porque sí, porque no y por si acaso. Al cubano no le gusta botar, prefiere reciclar todo lo que puede y las jabas, bueno,  son nuestra mejor aliada. Sirven para casi todo, si quieres no me creas, pero conozco personas que se han hecho rayitos en el pelo con una jabita de nylon.
  • Tender la ropa con palitos. Sé de cubanas que aún con esas modernas lavadoras que lo hacen todo y sale la ropa calentita, usan su pequeña tendedera con palitos para cosas pequeñas como la ropa interior, los trapos de cocina, etc.
  • Que nos hablen de piojos y automáticamente nos dé picazón en la cabeza. Es un reflejo involuntario difícil de controlar para todos aquellos que fuimos víctima en la primaria de tan abominables criaturas.
  • Si limpiamos el portal terminamos limpiando hasta la acera. Característica reconocida que nos delata. No solo es limpiar el portal o nuestro patio, tienes que seguir a la acera, si vives en un edificio aplica al pasillo y hasta las escaleras. Pero hasta que no se limpie toda la entrada, no somos felices ni quedamos conformes.
  • En la comida no puede faltar el arroz. El plato fuerte puede ser variado, da igual, los vegetales pueden estar o no, pero el arroz es pieza clave para el cubano. ¡Sin arroz no siento que comí! -solía decir mi padre en sus viajes de trabajo por Europa y terminamos replicando todos por igual.
  • Guardar clavos, tornillos, alambres en un pomo o lata metálica. Esa costumbre ha evolucionado, antes se usaba una lata, ahora lo mismo puede ser un pomo de mayonesa que cualquier otro envase. La cosa es tenerlos reunidos ahí como Yeyo, compadre para cuando haga falta.
  • Cada cubano es un médico frustrado, en el mejor sentido de la palabra. Si hay alguien enfermo tenemos que dar nuestra versión de diagnóstico, jarabes, remedios y hasta tratamiento. Muchas veces el cubano ni va al médico… ¿Pa´que? ¡Si yo sé lo que tengo! -decimos la mayoría-. Y así se automedica con lo primero que encuentra, porque somos curanderos natos, lo llevamos en nuestra sangre.

Sin duda alguna, somos un ajiaco tan único que dondequiera que estemos, sobresalimos. Nunca te avergüences, multicubano de lo que eres, más aún cuando hagas una «cubanada» de esas que nos salen naturales.

Y la tapa del pomo la pones hoy tú; cuéntame con cuál de estos hábitos te identificas más y qué añadirías a mi lista. ¡Dale, que te leo en los comentarios!

¿Por qué multicubano?
¡Ahh, te explico enseguida!

Prestamos múltiples servicios con destino Cuba, y quienes lo utilizan son cubanos esparcidos por diferentes lugares, cubanos en múltiples lugares…
MULTICUBANOS!

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