¡Hola multicubano!

Dicen que los abuelos malcrían más a sus nietos que a sus hijos. De pequeña, recuerdo que ir a casa de mis abuelos era sinónimo de tener todos mis caprichos consentidos. Cuando llegaba julio, cerraba la escuela y mi mamá debía trabajar, el destino era siempre el mismo, pero yo, ni brava, ni molesta.

Mis meriendas favoritas en horario, dulces caseros, diferentes y exquisitos cada semana, divertidas historias antes de dormir, la novela radial, las canciones para bañarme y mis compañeros de balance para ver los muñes, eran solo algunas de las cosas que tanto me ilusionaba de esas visitas.

Quizás no nos pase a todos, y probablemente soy demasiado afortunada al tenerlos, pero la relación que construí con mis abuelos no puede ser más íntima y especial. Los cuidados, las charlas, las bromas, los juegos, las sorpresas, las salidas, la compañía y la atención no podían resultar en otra cosa que un inmenso amor por ellos.

Ya no soy esa pequeña niña y las dinámicas de nuestras vidas son otras, intento devolverles lo mucho que me entregaron durante todo mi crecimiento. Nada me hace más feliz que sorprenderlos, hacerles alguna broma, escucharlos o comprarles lo que más deseen o necesiten.

Hoy aprovecho este artículo para compartirte algunas de mis vías para sentirlos cerca a través de Multicuba. Porque ¡Ojo! ni 90 millas son un impedimento para quererlos y mimarlos.

Los adultos mayores requieren de muchas atenciones y cuidados debido al proceso natural del envejecimiento. Se trata del momento más frágil de su etapa adulta y necesitan que estemos presentes, seamos cariñosos y pacientes.

Creo que lo más importante hacia ellos es el compromiso a largo plazo. Precisamente la forma en que mis abuelos han sido conmigo ha condicionado que sin importar la distancia ellos sigan estando presente en mi vida y yo en las suyas.