Agradece el día a día

Autor: Mar Santiesteban

Y la felicidad al final no es lo que nos pasa, sino cómo interpretamos lo que nos pasa.

Desde que tengo uso de razón y puedo recordar, siempre pertenecí al grupo de personas que veían el vaso medio vacío. Constantemente mi mente preparaba los peores escenarios imaginarios y, como resultado, las sonrisas en mi rostro escaseaban por el temor a un futuro que podría o no suceder.

Sumado a ello, cuando por fin me pasaba algo bueno o me elogiaban por algún resultado, me era difícil disfrutarlo a plenitud. Fueron años de vivir en un modo de alerta, que tuvo su manifestación física en gastritis y pequeños ataques de ansiedad.

Por fuera todo parecía ir bien, pero por dentro tanta negatividad hacía mella en mí. Como diría mi primo Ernesto, siempre estaba «en las nubes» debido a mi miedo de experimentar, de fluir y salir de mi zona de confort.

Eventualmente, luego de una dramática ruptura, toqué fondo y fue entonces que puse en práctica otra de sus frases célebres, «el que tenga miedo a morir que no nazca». Ahí decidí mirar la vida con una lupa más positiva porque aquella situación ya era insostenible.

No te lo voy a negar, multicuban@, al principio fue muy difícil modificar algunas actitudes y/o afrontamientos, ver los «problemas» como circunstancias y practicar la gratitud hacia las cosas que me regala la vida y las ganadas con mi esfuerzo propio.

En un punto, sin darme cuenta, empecé a sumergirme más en el campo de la psicología de la gratitud, que por si no sabías, se refiere a los efectos positivos que experimentamos las personas cuando expresamos agradecimiento por lo que tenemos.

Los psicólogos han encontrado que, con el tiempo, sentirse agradecido impulsa la felicidad, fomenta la salud mental y por ende, la física. Asimismo, estudios muestran que practicar la gratitud genera estados emocionales positivos a través del uso de un lenguaje asertivo, motivador y estimulante.

Cuando somos capaces de enfocarnos más en lo que tenemos y menos en aquello que nos falta, terminamos por alejarnos de sentimientos de frustración, inseguridad y angustia.

¿Cómo hacerlo? ¿Por dónde empezar? Pues agarra papel y lápiz porque te lo voy a explicar aquí hoy. Presta atención, me lo vas a agradecer.

Sonreír es mejor que la otra opción.

Lo primero que yo hice y que me funcionó muchísimo fue llevar un diario o anotar de alguna manera las pequeñas y grandes alegrías de mi vida. También puedes adoptar como hábito anotar “tres cosas buenas” que han salido bien para ti e identificar su causa.

Otro tip es pensar en las personas que te han inspirado (ya sean familiares o personalidades reconocidas) y qué ha sido lo más significativo de ellos. Además, puedes escribirle cartas o mensajes de agradecimiento a quienes son tu fuente de apoyo y confianza.

Hay una frase que repetía mucho mi abuela y seguro ya conoces: ‘La vida hay que cogerla suave’. Esto no significa actuar como que nada te importa, sino ver cada situación como algo temporal.

Volviendo a la analogía del vaso, más allá de verlo medio lleno o medio vacío, en ocasiones solemos hacer toda una tormenta dentro de él. Respira, controla el impulso y enfócate en hallar soluciones, en lugar de perder tiempo lamentando.

Cuando aprendes a ser agradecid@ -en un mundo cuyo ritmo, a veces, nos dificulta fijarnos en los pequeños detalles- contigo, con la vida, con lo que has conseguido, con las personas que te rodean, todo fluye más y mejor.

Lograrlo no lleva gastos, ni sacrificios. En mi caso, por ejemplo, encuentro una inmensa felicidad al ver la sonrisa de los míos, tener la oportunidad de empezar de cero cada día, chismear con mis amigas, tener cerca a mis padres, ver un atardecer de regreso al trabajo…

Por cada motivo que existe para ser infeliz, existen muchos otros para sentirnos dichosos. Solo hay que aprender a mirar con los ojos adecuados. Aprovecha y sonríele a la vida.

Y antes de cerrar, quiero hacerte un regalo. Si te identificaste con mi historia, si estás pasando por un mal momento o simplemente quieres darle un nuevo enfoque a tu realidad, puede que necesites agendar una cita.

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