«Desde chiquita siempre fui, además de majadera, muy dormilona. Mi abuela Chela decía que allá en su campo eso de dormir excesivamente era diagnosticado como ‘tiricia’.
En su casa, era ley comer algo ligerito por las noches… no fuera que un empacho nos diera malos sueños o pesadillas»
Aunque casi todos estamos familiarizados con el término insomnio, considerado el problema más común entre los que duermen mal, la realidad es que existen más de 100 trastornos diferentes de sueño y de vigilia.
Así que si alguna vez te has despertado después de una noche que en vez de ser reparadora te ha dejado ‘desecho en menudos pedazos’, te cuento que eres parte de ese 40% de la población mundial que ha dormido mal.
Para empezar, los trastornos del sueño se pueden ordenar en cuatro categorías importantes: problemas para quedarse dormido, problemas con el ritmo de sueño y los horarios, comportamientos que nos impiden un sueño de calidad y somnolencia excesiva durante el día.
Algunas situaciones y cambios que ocurren durante el sueño, a los que a veces no le damos mucho ‘cráneo’ ni segundos pensamientos, como los molestos ronquidos, pueden ser en realidad señal de una enfermedad o anomalía.
Por ejemplo, el acto de roncar puede ser provocado por la apnea del sueño: alteraciones en la respiración o lapsos de ausencia de respiración durante la noche, que a su vez generan cansancio o sensación de incomodidad durante el día.
Pero para tratar este tema como Dios manda, mejor rebobinamos. Debemos empezar con el hecho de que la mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño diarias para mantener un buen estado de salud y funcionamiento psicológico.
La falta de descanso puede llegar a causar cambios de humor, aumento de la presión arterial, obesidad e incluso depresión. En los últimos tiempos los expertos incluso hablan de la «higiene del sueño«: un conjunto de hábitos y rutinas saludables para mantener una buena calidad de descanso y prevenir enfermedades del sueño.
Sin embargo, el tema del sueño puede ser mucho más enredado que eso. Aunque digan que «aquí todo está ya inventado», la ciencia no ha encontrado causa exacta para fenómenos como el sonambulismo pues son muy variables. ¿Has escuchado esa frase de que a un sonámbulo jamás de los jamases se le despierta porque lo mismo se asusta que se pone a dar golpes?
Estos episodios ocurren normalmente a la hora o dos horas posteriores a haberse quedado dormida la persona. Durante ese estado de relativa alerta, el paciente es capaz de realizar actividades motoras como caminar por su cuarto, mover muebles, vestirse y salir a la calle o incluso algunas más raras como orinar en un clóset.
Los detonantes de la aparición del sonambulismo pueden ser muchos: desde fatiga, estrés, una predisposición genética, dormir con la vejiga llena y la lista sigue…
Seguro también conoces a alguien que recién viajó a otro país y aterrizó cansadísimo, vaya, «matao». El conocido jet lag, suele aparecer cuando viajas a una zona de otro hemisferio y se te desfasa unas horas el huso horario.
Ese desajuste que se forma entre el reloj corporal, las horas de luz y los horarios en que uno acostumbra a dormir puede causar problemas serios como fatiga, indigestión, malestares generales o falta de concentración.
Otros problemas del sueño pueden afectar no solo a quien lo sufre, sino a sus parejas. ¿Alguna vez has compartido cama con alguien que en toda la noche no se queda quieto? El síndrome de las piernas inquietas es mejor conocido por el deseo intenso de mover las piernas, sin parar, durante la noche.
Los que lo padecen sienten hormigueo, calambres e incomodidad, que se alivian con un movimiento brusco y solo por unos segundos. Con esta enfermedad dormir bien, acostarse en la cama o incluso sentarse un rato a ver una novela o película, puede resultar muy desagradable y venir acompañado de ardores y molestias.
Algunos trastornos como el bruxismo, que consiste en apretar o rechinar los dientes durante el tiempo de sueño, pueden traer consecuencias para la vida diaria como fuertes dolores de cabeza.
No obstante, te explico que dormir mal y despertarte sintiéndote «que no vales un quilo», muy cansado, «desbaratao» no quiere decir necesariamente que padezcas uno de estos trastornos. Puedes tener tus niveles de cortisol elevados, estar lidiando con algo a nivel personal que te quita paz, etcétera…
¿Lo mejor? Si la situación no es cosa de una noche y persiste en el tiempo, pues sin dudas debes consultar a un profesional para que identifiques qué está pasando y por qué, si llevas un tecito, terapia o medicación.
Y hablando de terapia, no olvides que en Multicuba podemos ayudarte con ese asunto. Ya sea por problemas de sueño o cualquier situación de la vida que te esté costando manejar, la Dr. Liz Cabañas es tu solución. Con el plus de que sus consultas online de apoyo emocional y psicológico son totalmente gratis y confidenciales.
Por supuesto que tenemos mucha más tela de donde cortar, multicuban@, pero para eso déjame saber en los comentarios si te gustaría una segunda parte del artículo y si tú o alguien cercan@ podría identificarse, pa’ luego es tarde ¡A compartir!
4 Comentarios al Artículo:
Más que insomnio
Pues me gustaría saber cómo podemos evitar los trastornos del sueño
Comer ligero en las noches o evitar usar la cama para actividades del día pueden ser buenas alternativas para la higiene del sueño. Lo principal es comunicarse con un profesional en caso de notar irregularidades al dormir. Podemos dedicar una próxima entrega al asunto❤️❤️.
Muy buen artículo
Gracias por seguirnos❤️❤️.
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