“Lo que por las malas aprendiste”
Mientras tú y tus fuertes piernas hacían de las suyas en la calle, yo aún aprendía a desplazarme con mis frágiles extremidades. Crecí abriendo los ojitos mirando el mismo techo. Mientras que tú tuviste que explorar toda la ciudad, incluyendo barrios adentros. Si yo bailaba, tú corrías, yo veía las mismas caras, tú las recordabas. Yo que en un salón me sentía presa, y tú en la calle, no tenías alguna defensa.
Yo que por volar moría, y tú suplicabas un descanso a tus viejas alas. Tan niño y tan hombre; tan mujer y tan niña. Somos diferentes y, ahí se encuentra la magia a veces. Yo que te quiero dar lo que no tuviste y tú, qué me quieres mostrar por las buenas todo lo que por las malas aprendiste.