¡Hola multicubano!

– ¿Quieres un buchito de café?-

No hay visita en casa cubana, que no implique una cola’ita de café. Pudiéramos bautizarlo como el oro negro de nuestra cultura culinaria. Desde que los colonizadores españoles introdujeron las primeras plantaciones de café en la región oriental del país, esa planta echó raíces en el paladar de los cubanos.

Tanto así que en los hogares de la isla no se concibe la vida cotidiana, sin el traguito de café. Se toma en todas las ocasiones: por la mañana como un estimulante para empezar el día, después de las comidas como un digestivo, y durante las visitas y reuniones sociales.

Pero ese amor sale de las casas y en la oficina tampoco falta la tanda de café, ahí está el chance y la excusa perfecta pare relajar, hacer una pausa y hasta chismear o discutir sobre cualquier tema, ¿por qué no?

No importa si es en los muñequitos del Elpidio Valdés, con sus mambises colando café en el monte, o en recordadas canciones como la de  Eliseo Grenet, con su famosa Mamá Inés donde decía que «todos los negros tomamos café», y como en Cuba «el que no tiene de congo tiene de carabalí», según reza un famoso refrán, todos caemos rendidos ante una buena taza del líquido milagroso.

Recién colado, puro y bien caliente, así toman el café los cubanos.

Aunque nos encanta el protagonismo no somos los únicos amantes del café. Es una de las bebidas más consumidas a nivel mundial y estudios recientes ratifican que el consumo moderado de café tiene muchos beneficios para la salud.