El jabón artesanal: nuestro mejor aliado en los 90’s

Autor: Victoria Vázquez

¡Hola, Multicubano!

Hace poco vi un comercial donde, para dar garantía a unos jabones, hablaban de algo así como su “espuma infinita”. Eso, inevitablemente,  me trajo a la memoria tiempos menos felices en mi Cuba de los 90’s, cuando el jabón era un bien añorado y su espuma, lo más gratificante.

En aquellos años de los que recuerdo muy poco, uno de los productos que más pronto desapareció fue el jabón. Pero como había que seguir bañándose y lavando, algo había que hacer. ¡Y se hizo jabón!

Lo recuerdo como si lo estuviera viendo: el patio de mi casa, leña encendida, sobre la leña una cazuela enorme, un líquido anaranjado burbujeante. Eel esposo de mi tía era el encargado de revolver aquella mezcla que parecía una poción mágica. El producto se envasó en varias jaboneras, pomos y cuanto el hombre creó, y su uso fue muy racionado. No producían mucha espuma, pero limpiaban como si te hubieras bañado con ácido: ¡lustre total!

También recuerdo que logré conseguir varias cajitas de fósforos vacías, y logré que me las llenaran de aquel líquido. Fui tan feliz de tener mis propios jabones, que los atesoré por muchos años.

Unos años después, me fueron presentados el Nácar y el Batey.

El Nácar, que debía ser jabón de tocador, era blanco, no homogéneo, pues contenía unos pedazos de color menos blanco, que nunca pude identificar.

El Batey era para lavar, duro como piedra, amarillento, y tenía un olor característico que nunca he vuelto a sentir. Eso sí: cumplía su función a la perfección, porque la ropa quedaba reluciente, y hasta se usaba en remedios caseros para la piel.

Con el tiempo esos jabones han evolucionado. El nácar ahora es verde o amarillo, viene en estuches, y tiene un olor más agradable. ¡Ah, ya es homogéneo! Del antiguo Batey no queda ni rastro: esa marca ha desaparecido, y esos antiguos “ladrillos” han sido remplazados por un sucedáneo blanco, suave, y huele como cualquier otro jabón. Ya no huele a historia.

Con la apertura hacia el turismo y la importación de bienes, conocimos de otros muchos jabones, algunos producidos en Cuba, pero vendidos en las tiendas recaudadoras de divisas. Recuerdo gratamente el jabón Candado, marca histórica en Cuba, mi compañero en el “pre”: era mi “todo en uno”, pues lo usaba para bañarme y lavar lo que necesitara.

De entonces eran el Diamante Negro, blanco, grande y durísimo, el Heno de Pravia, verde y eterno, y muchos otros más o menos memorables. Creo que, de aquellos tiempos lejanos, solo se ha mantenido el Natural.  

Con las visitas desde el exterior de amigos y familiares tuve los primeros Palmolive, Camay y Dove, únicos todos, llenos de olores dulces y afrutados, y de espuma suave y cremosa. Entonces yo no entendía por qué los de “afuera” traían jabones que usarían. Sentía que estaban despreciando nuestros modestos jabones. Por supuesto, los de Cuba no eran tan ricos, pero limpiaban.

Ya el jabón Batey no existe. Lucía así, más o menos

Claro, también me percataba de lo rico que olían “los de afuera”. Tenían “ese olor” tan característico,  pero no me daba cuenta de que parte de ese olor venía de los jabones que usan. Hoy ya no los critico, por supuesto, sino que me he convertido en uno de ellos: cargo mis Palmolive en el vuelo hacia casa y me aseguro de dejar un buen stock.

Para gustos se hicieron los colores, y para bañarse, los jabones…Pero no podemos negar que, así como dicen la que piel tiene historia, podemos decir que la historia de nuestras vidas la cuentan nuestros jabones: la espuma que hacen, el placer que nos brindan, y también las añoranzas.

¿Por qué multicubano?
¡Ahh, te explico enseguida!

Prestamos múltiples servicios con destino Cuba, y quienes lo utilizan son cubanos esparcidos por diferentes lugares, cubanos en múltiples lugares…
MULTICUBANOS!

¡ ¡ UFF, LO SIENTO ¿ ¿
vuelve a intentarlo
¡ GRACIAS POR ¡ REGISTRARTE
ya formas parte de nuestra Pandilla de amigos
multicubanos
Para continuar debes revisar tu correo y validar tu cuenta
continuar con redes sociales
¡Tú que me lees!
suscríbete
Y forma parte de nuestra
Pandilla de amigos