
¡Hola Multicubano!
Todas las semanas mi amiga Marta y yo nos reunimos tempranito para desayunar y echar el chismecito. Justo ayer tuvimos la cita en un Starbucks y ella estaba loca porque probara el Matcha latte. Las hojas finamente molidas de las plantas de té verde que se suelen mezclar con agua, ahora se llevan a otro nivel al combinarse con leche. ¡Qué rico está eso caballero!
A raíz de dicho descubrimiento, el cómo se ha vuelto tendencia tomar té e infusiones en los Starbucks y locales de moda, se convirtió en nuestro asunto de debate. Al momento me vino a la mente mi abuelo Pipo, quien nació en Palma Soriano y era el curandero de la familia.
Aunque después se convirtió en ingeniero civil, su verdadera pasión eran las plantas y las hierbas que recolectaba del campo. Para él, las pastillas no eran la respuesta porque cada dolencia tenía su remedio natural.
Recuerdo como si fuera ayer como todo el tiempo llegaba alguien distinto (o recurrente) a la casa preguntando por él, como si fuera una consulta médica. Claro, en lugar de recetas farmacéuticas, les ofrecía sus fórmulas y tazas humeantes de infusiones.
Al tener ‘al doctor’ en casa, a nosotros nunca nos faltó solución, ante el más mínimo malestar, contábamos con el brebaje mágico justo. Si tenía una erupción, ya sabía que Pipo me prepararía un té con hojas de guayaba o guanábana.
Y si se trataba de algo más serio, como gastritis, ahí estaba su infusión de jengibre, tres veces al día, que él siempre decía que curaba todo. Flor de majagua pal’ asma, sábila como antinflamatorio o romerillo pal’ catarro. ¡Qué tiempos aquellos! La gente confiaba más en esos remedios que en los hospitales.
Varias veces lo vi tratando los parásitos intestinales de los niños del barrio con un remedio de piña de ratón. Por no decir la de amigos de mis padres que se aliviaron los intensos cólicos que les causaban la piedras en los riñones con su té de chancapiedra.
Fíjate que todavía me acuerdo de las intrucciones: Hervir el agua y agregar la planta medicinal, reposar durante 5 minutos, colar y beber tibio ¡ah! ni se te ocurra echarle azúcar. Y así, con su sabiduría ancestral, preparaba un remedio específico para cada mal.


Uno de sus brebajes más famosos era el agua de berenjena, una mezcla que se utiliza para evitar el envejecimiento prematuro y para bajar de peso. Decía que limpiaba el cuerpo y te dejaba como nuevo. ¡Imagínense eso!
No puedo dejar de mencionar el té de canela. ¡Ay, ese té! No solo ayudaba a aliviar los calambres y la incomodidad menstrual, sino que también era un aliado perfecto para esas noches calurosas de insomnio en Cuba. Aunque si se trataba de aliviar la inquietud y los trastornos del sueño, el favorito de Pipo era el té de toronjil.
Y bueno, hablando de hierbas poderosas, toca resaltar la caña santa. Esa planta es un verdadero tesoro en el tratamiento de problemas estomacales, de hipertensión, respiratorios, cardíacos y nerviosos.
Pipo siempre decía que era un remedio completo para la piel y las mucosas: antifúngico y antibacteriano o el té con cinco o seis hojitas de salvia para los ardores del estómago y la pérdida de memoria. Como tener un botiquín natural en casa, vaya.
Bien pudiera estar todo el día tirando mi casete pa’ atrás y aún así no me alcanzaría el tiempo. Mi abuelo era lo máximo, creativo, ocurrente y con un don para las infusiones muy especial. Imagínense cuántos y cuántas en Cuba han compartido su vocación y su legado.
La próxima vez que tomes una infusión para aliviar algo o que un amigo te de a probar ‘un mejunje poderoso’ piensa que en Cuba hemos sido pioneros y maestros en el asunto. ¡Ah! Suave con el jengibre, que tiene lo suyo afrodisíaco…
6 Comentarios al Artículo:
‘La moda’ del té
Me encantan los té
Y son perfectos para cualquier momento del día ❤️.
❤❤❤
El té de menta mi preferido
Ya somos dos por aquí❤️.
El mío también 🤗
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