
¡Hola multicubano!
Me atrevo a decir que a la mayoría de las mujeres (por no decir a todas) nos encanta ir a la peluquería, o al salón, como se le dice ahora. Y es que eso de sentarnos por horas para que nos atiendan y nos mimen tiene su encanto, más allá de un cabello radiante, un corte o tinte diferente sales como nueva.
Sin embargo, para las cubanas el salón no ha sido, ni es siempre el único destino para reacomodar y cambiar nuestro look, y bien lo expresa una canción de los Van Van: La locura de lacearse el pelo: «¡Cómo cuesta!»
Ahí toma protagonismo, como de costumbre; el ingenio cubano, ‘el invento’ como le gusta decir a mi mamá. Ahora se usa la queratina y tener una plancha o tenaza en casa es común, pero si echamos el casete pa’ atrás, tenemos varios trucos bajo la manga.
¡Volvemos una vez más a la máquina del tiempo! En este artículo me he propuesto repasar esas técnicas caseras que se han repetido por generaciones y que han desafiado a los peluqueros y estilistas más ‘ranqueados’ del mundo entero.
Los rolos: Era decir las fotos de los 15 y ponerse los rolos estaba a la orden del día. Ya sea que deseáramos añadir volumen a la melena lisa o definir aún más los rizos naturales, estos pequeños cilindros son una maravilla. Incluso representan una alternativa buenísima ante el uso excesivo de planchas, rizadores o productos químicos agresivos.
Los papelillos: Se puede decir que son como una versión de los rolos y se hacen con hojas de periódicos (hojas blancas, cartón, papel aluminio o material engomado) las cuales se rasgan en tiritas y se ubican de forma muy similar a los primeros. Resultan muy útiles para emergencias y sobre todo cuando no tienes en casa un kit de rolos o una tenaza.

El torniquete: Si hay niveles, esto es el top. Ante la ausencia de planchas, el torniquete llegó como la salvación para alisar el cabello. Acomodados debajo de un pañuelo o redecilla van uno o dos cilindros de cartón de un rollo de papel sanitario, mientras el pelo queda quieto con presillas y rodeando la cabeza hasta el momento de la salida. Incluso, con la aparición de las planchas, este truco no ha quedado fuera; encontrarte a una cubana en la calle con uno puesto o en casa hasta para dormir es completamente normal.
El huevito: El primo-hermano del torniquete también se usa para alisar el cabello y se peina de forma similar al mismo, solo que este no lleva presillas, rolos o el tubo restante del papel sanitario.

La queratina: Se ha puesto de moda en los últimos años. La aplicamos parecido a un tinte, que luego se seca y plancha un par de veces. El resultado suele ser un cabello lacio, o como dice mi mamá «un pelo chino chino», que luce más hidratado. Cabe mencionar que en esto también hemos sido muy autodidactas y versátiles porque te la puede hacer un estilista en su salón, tu mejor amiga o la vecina.


El desriz: Antes de las planchas, esto fue el boom. Es un tratamiento que persigue, como su nombre lo indica, desrizar el pelo, pero para la mayoría no queda lacio muerto. Se aplica en secciones pequeñitas y luego desde la raíz se peina para que el rizo desaparezca. En Cuba se utilizó durante mucho tiempo de potasa pura y de arroz; pues esta técnica tiene de los dos mundos: del invento casero y de productos industriales. Dicha técnica aún se sigue implementando.

El peine caliente: Esta ha sido una opción más extrema; un peine de material parecido al hierro, se ponía encima de un fogoncito y luego se pasaba por el pelo. No es muy ancho y también existe en versiones eléctricas.

En Cuba era normal ver a las mujeres en estas labores y con sus cabellos acomodados en torniquetes o rolos la noche anterior a una salida importante, unos 15 o una boda. Por otro lado, la laca, cerveza, la espuma y hasta la clara de huevo han sido complementos perfectos para dejar el pelo ‘tieso’ y sin mucho chance a que se desacomode.
Para los tratamientos de hidratación también tenemos nuestro propio recetario: elementos naturales con función de mascarilla, como es el caso del aguacate, el aceite de coco, el yogurt, el huevo, la miel o la borra de café. ¡Y se pone mejor! ni siquiera cortarse el pelo representa desperdicio, pues vender el sobrante para extensiones se ha convertido en una práctica muy inteligente.
Y entonces qué, multicuban@ ¿lacio, crespo u ondeado? ¿Cuál de estas técnicas probaste tú? ¿o acaso conoces otra? Como siempre quedo al tanto de tu comentario…
4 Comentarios al Artículo:
Las mujeres cubanas y sus ‘inventos’ para el pelo
Yo respetadisima
😂😂😂 gracias Reyna ❤️
De todo como en botica para este cabello jjj
Así es Daily 😌❤️
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