¡Hola multicuban@!

¿Será cierto eso de que los hombres cubanos no tienen remedio? ¿Que donde ponen el ojo, ponen la bala? ¿Y que son insuperables? Mmmm yo no soy quién para dar ese veredicto, lo que sí me consta desde que me fui de Cuba es que tienen un no sé qué con un qué se yo que no encuentras en cualquiera.

Si eres dichos@ de tener un hombre cubano en tu vida, ya sea tu papá, tu tío, hermano, ‘consorte’ o jevito, pues te cuento que noviembre es el momento perfecto para ‘botarte con la guagua andando’ demostrándoles lo importantes que son para ti. ¿Y eso por qué? ¡Por el día mundial del hombre!

Así que agarra tu cafecito o tu desayuno y sigue leyendo hasta el final, porque este artículo tiene su cosa. Aun cuando algunos son más caractosos, otros más sensibles, altos, bajitos, callejeros o de casa, hoy te resumo 10 cosas que me atrevo a decir que tienen en común los hombres cubanos:

1- Son muy coquetos (y se dice que un poquito descarados):
Es común en las calles de Cuba encontrarse piropos de toda clase, desde los más divertidos: «Señor, mándame lo mío para no tener que ver lo ajeno», «Si cocina como camina, me como hasta la raspita» a otros más obscenos e incluso inaceptables.

Pero en general los hombres cubanos son súper ocurrentes, conquistadores natos, ‘matadores’,  como dice la canción.

2- Resuelven:
Los hombres cubanos se caracterizan por ser muy luchadores, comprometidos con sus familias y dispuestos a aceptar toda clase de trabajos para ayudar a sus seres queridos a salir adelante. Son multifacéticos, lo mismo te cambian el foco, que hacen los mandados, que tienen sus negocios, pero no se quedan de brazos cruzados.

3-Fanáticos del dominó:
Yo no sé qué te habrán contado a ti, pero el dominó en Cuba es una cosa bien seria para ellos. Una mesa en  barrio, a media cuadra o en un portal, la música ‘a todo lo que mete’ y la bulla como daño colateral.

Son comunes en muchas zonas del país los torneos de dominó y cubano que se respete sabe cómo se nombra cada ficha: Duque Hernández para el 2, Cuarteles que son escuela para el 4, sin comer no hay quien viva para el 5, la peste para el 7, la puerca para el doble nueve, blanquizal de Jaruco para el doble blanco y así muchas otras variantes en dependencia de la región donde se juegue.

4- Bajan las mejores muelas:
El don por naturaleza del cubano (o uno de ellos) es la labia. Los hombres cubanos son capaces de montarte el mejor cuento a pura improvisación en menos de un minuto.

Algunos tienen también la fama de exagerar todo lo que dicen o ‘inflar’, como se dice popularmente. De tan elocuentes que son, te pueden marear en un dos por tres, sin que te des ni cuenta. Y si te ponen el ojo, cuidadito…

5- Buenos bailadores:
La ‘sandunga’ es patrimonio de nuestro país. Muchos hombres cubanos lo mismo te marcan un paso de guaracha, que te dan más vueltas que un trompo en una rueda de casino o empiezan a ‘canillear’ al ritmo de la canción ‘repa’ del momento.

Aunque no todos sean verdaderos talentos en esta área, una parte importante de la población tiene una fuerte cultura del baile popular y hasta los más ‘pasguatos’ se defienden. Así que si sales con un cubano, lo más probable es que esa noche quemen la pista de baile.

6-Ingeniosos:
No hace falta que un hombre cubano sea ‘próspero’ para que te sorprenda con los mejores detalles y se desviva por ti. A pesar de las adversidades, siempre encuentra una manera de colarse por el hueco de la aguja y sacar adelante sus proyectos a fuerza de bomba y creatividad. Son inventores natos, como decía mi abuelo que lo mismo hace un banco de madera, que una hamaca para mi primito, que un cuadrito para enmarcar fotos.

7-Saben de todo un poco:
Los hombres cubanos podrán tener sus defectos, pero jamás podrán tacharlos de que ‘les falta calle’. Saben adaptarse a una variedad muy grande de ambientes y situaciones poniendo en práctica sus habilidades.

Muchos además de sus títulos universitarios u oficios, acumulan conocimientos empíricos en otras áreas como la carpintería, albañilería, construcción. Como te decía, lo mismo te arregla un ventilador ruso que te tira un poco de mezcla en la pared del baño.