¡Pelotero a la bola!

Autor: Mar Santiesteban

Las tres bases están llenas, el estadio entero está en suspenso, las cornetas y la afición están paralizadas. Nadie se atreve a decir nada; todos los ojos están puestos en el bateador ¡Se va, se va… se fue de home run!

En el mismísimo Latino o en la sala de la casa, así se vive la tensión de un buen juego. Entre los socios, la familia y hasta con desconocidos.

¡Hola Multicubano!

¿Alguna vez te has preguntado cómo nació la característica pasión beisbolera en Cuba? Sí porque está más que demostrado que el deporte nacional se practica en los barrios, las calles y en casi todos los estadios de la isla. Es capaz de parar al país o hasta provocar infartos a los más fanáticos.

Yo creo que pipo y mis hermanos me han dejado a medias en más de una docena de videollamadas por una carrera milagrosa cantada en el último inning. En mi casa, sin importar el género, todos fuimos niños peloteros.

Mi papá nos llevaba religiosamente los domingos a practicar en un terrenito que había en la cuadra. Lo mismo de ‘pícher’ que primera base, que si bateador… por todas los puestos pasábamos mientras pipo nos daba lecciones históricas y algunas inventadas porque sí, porque está en nuestros genes y nadie puede convencerlo de lo contrario.

Lo cierto es que, ya sea por azar del destino o la genética natural, el béisbol es como una gasolina que enciende pasiones, congas, rumbas con calderos y hasta broncas por donde quiera que se juegue en el archipiélago.

Más que un pasatiempo o deporte nacional, “la pelota” es, una cultura, un fenómeno patrimonial de donde emergen lo material y lo espiritual y cuya esencia ¡es cubanía!

Se dice que el deporte de las bolas y los ‘strikes’ llegó a la isla entre los años 1865 y 1866 y atribuyen la entrada del bate y la pelota oficial a Nemesio Guillot, un cubano que estudiaba en los Estados Unidos.

Según historiadores deportivos, los pioneros en practicar este pasatiempo fueron los trabajadores portuarios de la ciudad de Matanzas. El primer desafío reconocido se efectuó entre matanceros y los tripulantes de un carguero procedente de la nación norteña, anclado en la bahía de esa ciudad.

El cubano, que es «todólogo» por naturaleza, sabe que la pelota es bien compleja, y para ganar es necesaria la confluencia de inteligencia, destreza, táctica, pericias, entrenamiento mental, físico, resistencia, señas, y hasta diplomacia, cuando hay que discutir una decisión de los árbitros.

También se necesita mantener la mente en el juego y fuera de lo que pasa en las gradas. Claro, este tip es para el pelotero, porque si hay algo placentero en ver un juego en vivo es apoyar a tu equipo en el estadio, como solo el cubano sabe hacerlo.

La pasión beisbolera puede ser cardíaca para los más fanáticos.

Cuando el equipo de preferencia va en desventaja, la afición se declara experta en el deporte y comienza a explicar ¡lo que hay que hacer! o lo que debió de haberse hecho. Asimismo, culpa al manager del equipo perdedor, que en el mejor de los casos “no supo entrenar o guiar bien al pelotero”.

Un juego de pelota, ya sea celebrado en La Habana, en Santiago de Cuba, y hasta en Holguín, puede convertirse en un concierto con la trompeta china como protagonista, más el acompañamiento de una buena conga cubana donde el público va coreando los estribillos.

El béisbol no solo es un fenómeno cultural, también está inscrito en el habla popular con frases tan peculiares como bateaste “pa’jonrón” o “pa’quinientos”; “la botaste”; “te robaron el home”; “te cogieron corriendo por tercera o fuera de base”; “te viraste pa’ tercera” o “pa’ primera”; “estás mareao con ese fly”; “lo que tiró fue un chícharo” y el que no hace “swing”.

Cuando se celebran las Series Nacionales, que ya tienen 62 años, el béisbol se convierte en el tema más comentado del país, por encima de los dimes y diretes de la novela cubana.

Por cierto, independientemente de donde resida el pelotero cubano nos llena de orgullo, da igual si le batea a las grandes ligas, si nos representa en un campeonato internacional; brilla en cualquier firmamento.

Multicuban@, si llegaste a este punto del artículo no olvides compartirlo con tus amigos aficionados y dejarme en los comentarios alguna frase típica de la pelota que empleas en el día a día. Te leo…

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