“Mami termina de vestir a su pequeña princesa y se siente orgullosa, la ve tan linda para la ocasión, con su vestido de flores lleno de colores y su cintillo de perlas. Alexa tiene 8 años y va para la boda de su prima, sin embargo no va feliz.
-¿Pero no te gusta tu vestido? Pregunta mamá.
A Alexa le parece hermoso, pero sabe que quizás con él no va a causar la misma sensación que causan sus amigas al llevar los pantalones de dos tonos a juego con ‘el top’.
Quemar etapas o no estar a la moda es un dilema de nuestros días donde desde edades tempranas, tanto niños como padres se enfrentan a esta disyuntiva.
Precisamente, la pausa de hoy dedica su espacio al controvertido tema de la hipersexualidad en la infancia. Nos acercaremos desde una visión diferente que aborda los riesgos, las consecuencias y el manejo de las conductas relacionadas.
Muchos no lo saben, pero erotizar la infancia con el adelanto de comportamientos y actitudes sexuales para los que los niños aún no están aptos a comprender, es una forma de violencia oculta.
Los adultos somos los principales responsables de la educación de los niños en todas las esferas, incluida la sexual. Y es muy frecuente que asumamos conductas sin ser conscientes (o las estimulemos viéndolas como simpáticas) que conducen a la hipersexualidad en nuestros hijos.
La forma más común en que se manifiesta la misma es el uso de vestuario y accesorios de adultos, la incitación a tener “parejas” desde edades tempranas, así como el fomento de expresiones y bailes que requieren movimientos eróticos.
El consumo de contenidos televisivos para adultos y de las redes sociales constituye, junto a los cánones culturales actuales, las principales causas de la aparición de este fenómeno; y peor aún, que sea visto como una moda.
Desde el surgimiento de las propias revistas de moda, los concursos de belleza y los programas afines, alcanzarla va en función de un público adulto, no infantil. Sin embargo la tendencia hoy es incluir a los pequeños no en una moda para ellos, sino en la misma moda adulta.
Quizás nos parece lindo que las niñas lleven el mismo vestido corto y entallado que mamá y no nos percatemos que este tipo de conductas trae consigo un mensaje subliminal: desde pequeños les imponemos la necesidad de seguir estereotipos de belleza que pueden afectar su autoestima, la formación de su identidad y personalidad.
Esta exposición acelera el desarrollo natural de los niños que empiezan a mostrar interés y a manifestar conductas sexuales que no pertenecen a su edad y para las que no están preparados física ni psicológicamente.
Aunque pueda parecer inofensiva, la hipersexualidad puede generar, además ansiedad, depresión y trastornos alimentarios. Así como exponer a niñas y niños a ser víctimas o presas fáciles de violencia, abusos lascivos, pornografía etc…
De la misma forma que puede parecer fuera de lugar que una persona adulta se motive o interese por la práctica de un juego o actividad para niños, lo es que un niño o niña dedique su tiempo en preferencias de la vida mayor, violentando su etapa.
Cada momento de nuestras vidas está marcado por necesidades específicas, motivaciones y actividades rectoras diferentes para cada edad. Que nuestros niños no dejen de ser niños en una sociedad que corre a toda máquina, debe ser no solo una aspiración sino una necesidad.
Para ello, vigilemos el contenido al que se exponen, comuniquemos abiertamente sobre el tema, evitemos las presiones sociales y tendremos niños sanos mentalmente preparados para una sexualidad responsable en la edad adulta.
Como siempre, te recuerdo que si tú o alguien que conoces están lidiando con una situación como esta (o de cualquier otro tipo) no tienes por qué enfrentarl@ sol@. En Multicuba tenemos un espacio seguro, gratuito y confidencial para ti
Soy la Doctora Liz Cabañas y te espero en un próximo encuentro donde juntos hagamos una pausa.
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