“Adiós…”
Me fui sin avisarte porque realmente así es mejor. De haberlo hecho sé que no me hubiera ido. Lejos, sí, bien lejos; aquí no corro el riesgo de encontrarte en la calle por casualidad. Puedo ir a cualquier parte sin estar pendiente a verte o no. Yo sigo sintiendo lo mismo, o no quizás un poco más que la primera vez porque ya te conozco. Pasó hace mucho la etapa de dejar de idealizarte y así con tus sombras, tu forma y tus demonios, me enamoré de ti. Sin embargo, el amor no lo es todo en esta vida y creo que no es mi momento de complicarme la mía de esta manera. También tengo mis demonios, mis sombras y mis traumas. Antes de pensar en un «tú y yo» o en alguien más, tengo que resolverlos. No ahora, no tengo idea tampoco si alguna vez suceda ese nosotros de nuevo. Sé que no vas a llamarme, ni a buscarme, pero que no te será indiferente que me haya ido. Sé que vas a extrañarme por las noches, yo haré lo mismo, pero aún así te digo adiós.